Date d'ajout : mercredi 19 août 2015
par Jos� OROZ
REVUE : AUGUSTINUS
Como nos advierte el autor del prefacio, Claude Escallier nos ofrece en estas páginas un Mauriac que escapa a las contingencias de la novela, que trasciende el instante periodístico y que en la historia selecciona el único personaje cuyas palabras no pasarán nunca y nosotros salimos al mismo tiempo del universo de dos dimensiones, al que la crítica reduce con demasiada frecuencia el planeta Mauriac. En el umbral del infinito, Claude Escallier nos muestra otro horizonte y nos conduce con autoridad hacia la cumbre nevada de la vida de Jesús. Cuarenta días de escritura frente a cuarenta años, al menos, de experiencia vivida. De este contraste, el libro saca sin duda su densidad, su fuerza, la continuidad de su vigencia. Si la obra maestra recompensa una especie de como promiso entre dos exigencias, el Mauriac de 1936 se abre en una fidelidad así mismo y al mundo.
He aqui algunos de los sugestivos títulos que la autora ha puesto a su exposición : "Le seul sujet qu'import..." ; "Un furieux combat spirituel" ; "Les bandelettes de l'érudition et du doute" ; "Las leyes del género único" ; "El lenguaje del cristiano" ; "El artista en libertad vigilada" ; "Las obsesiones del hombre" ; "El Cristo de doble rostro" ; "Las voces de la crítica" ; "La teología de Mauriac" ; "Lo espiritual en literatura" ; "El hombre a imagen de Cristo". La vida de Jesús, de François Mauriac, que fue a la vez tan notable y tan discutida, inauguraba una manera nueva de hablar de Cristo. Ninguno de los jóvenes poetas de los años treinta olvidará que Mauriac le ha ayudado a descubrir que el cristianismo era sobre todo la adhesión a una persona viva, como notan los presentadores de sus conferencias en las Semanas de los intelectuales católicos. Alguno ha puesto de relieve la presencia de Mauriac en medio de los "gentiles". El mismo Mauriac ha fustigado a esos capellanes de liceo, que predicaban sobre todo"a Saint-Exupéry o a Saint-Albert-Camus". La última frase de la autora de este libro es bien elocuente a este respecto: "Oui, François Mauriac est bien un poète : le poète du Christ", (45).